Cuando uno empieza a ir a conciertos sentado, y encima le gusta, es que se está haciendo mayor. Ayer, concierto de Rufus Wainright en el Teatro Coliseum de Madrid: dos horas y media de concierto y de espectáculo sonoro (sobre todo) y visual. Rufus Wainwright es una auténtica estrella y lo sabe: se permitió incluso hacer chistes sobre el Por qué no te callas: esa noche él era el rey y mandó callar al público entre risas. Es simpático a más no poder, humilde sobre el escenario, y con mucho talento; cantó acompañado de toda su banda, posteriormente de su madre al piano en albornoz, y acabó bailando vestido de cabatera con tacones de aguja. Arriba, algunas fotos del evento.
0 comentarios:
Publicar un comentario